A la hora de bajar de peso y de adelgazar, uno de los objetivos primordiales es tener un abdomen plano. Esto está muy bien cuando aparecen los rollitos y la grasa pasa a ocupar más espacio de el que debería. Antes de ponerte en campaña para conseguirlo, sin embargo, hay algunos mitos a derribar respecto a lo que entendemos por abdomen plano.
Para tener un abdomen plano necesitas antes que nada tener claro que una cosa es tu abdomen y otra cosa es el abdomen de los comerciales. La imagen de la chica con abdomen perfecto es mítica, y tus genes muchas veces no te jugarán a favor ¿Pero por qué buscar la belleza en un modelo y no explotar la tuya propia? Teniendo esto claro y siendo realista, ahora sí es momento de comenzar a hacer lo que debes hacer.
Tu abdomen perfecto vendrá sólo si te ejercitas lo suficiente. Sin embargo, la creencia errónea de que ejercitando una parte del cuerpo te desharás de la grasa que predomina en ella tal vez te haga hacer más abdominales de los que deberías. Es importante que ejercites TODO tu cuerpo, no sólo los abdominales, y para deshacerte de la grasa los ejercicios aeróbicos son siempre la mejor opción.
Igualmente, los ejercicios de musculación también son útiles. Aquí no debes tratar los abdominales como una zona diferente de tu cuerpo, simplemente ejercítalos al igual que lo haces con cualquier otra zona de tu cuerpo.
Finalmente, presta atención a lo básico: la alimentación. La regla de oro para bajar de peso es mantener un equilibrio de calorías entre las calorías que ingieres y las calorías que quemas. Por ello, si consumes más calorías de las que estás dispuesta a quemar, los resultados no aparecerán, y tampoco los rollos, por supuesto.
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